Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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viernes, septiembre 22, 2006

Conti, el ubicuo


Una máquina de dibujar chistes
De todos los dibujantes de Bruguera, tal vez fue Conti el que más se distanció del modelo inicial de creador de historietas tanto por la evolución de su estilo gráfico, como por decantarse por la producción, en proporciones verdaderamente masivas, de chistes. Su Apolino Tarúguez, resulta ser el personaje más antiguo de toda la escuela Bruguera, pues nació incluso antes de que ésta se iniciara, ya que nació en la revista Cucú, en 1944. Su Carioco, que empezó a publicarse en 1949, fue uno de los pilares del desarrollo y del asentamiento de Pulgarcito como la revista definitiva de historietas en España. Su Morfeo Pérez, creado en 1952 para el DDT, constituye una de las más hermosas series del tebeo español (de duración limitada, lo que la convierte en un muy apetecible objetivo para que el editor que se precie de tener buen gusto y de poseer un alto grado de romanticismo, se anime a publicar un bellísimo álbum con ella). Y, sin embargo, la especialización profesional de Conti se produjo en el terreno del chiste, género que cultivó de forma magistral, metódica y sistemática, haciendo uso de un estilo gráfico que fue depurandose con los años hasta alcanzar un grado máximo de síntesis expresiva, de difícil equiparación con otro dibujante español.

Cuando Conti (Carlos Conti Alcántara, 1916-1975) aterrizó en Bruguera (donde llegaría a ocupar un puesto relevante de redactor, encargándose de recibir y “filtrar” los trabajos de los autores noveles, entre otros, tal como nos contó el amigo Jaume Rovira) procedía del humorismo gráfico para revistas, habiendo desarrollado su labor para la revista “Hola” desde su fundación, en 1944, continuando durante tres décadas. Pero las páginas que dibujó para Bruguera y las de la revista “Hola” suponen tan sólo una parte de la producción del maestro. Sus dibujos se podían encontrar en una lista numerosísima de publicaciones, cosa que le confería a su autor el don de la ubicuidad. Su firma aparecía en el diario “La Prensa”, en “Humor de bolsillo”, “Pepe Cola”, “Matarratos”, “ABC”, “Ondas”, “Pueblo”, “TBO”, “El Coyote”, en “Nicolás”, y en otras muchas publicaciones, de las que veremos algún ejemplo en esta entrada. A Conti se le encontraba por todas partes. Este burgomaestre se ha propuesto mostrar este hecho trayendo aquí unas pocas gotas procedentes del inmenso caudal del río de tinta que fue capaz de encauzar Conti durante su vida profesional (que es tanto como decir su vida entera, pues se mantuvo activo hasta el prematuro fin de sus días, incluso cuando, debido a la artrosis que le afectaba las manos, se vio obligado a atarse el lápiz a las muñecas para sujetarlo, tal como nos ha testimoniado el amigo de este weblog, Guillem Cifré, recientemente).

En las páginas de “Hola”
En el libro de Antoni Guiral “Cuando los cómics se llamaban tebeos”, se recoge una entrevista con Escobar en la que se describe la manera en que Conti era capaz de hacer chistes de cualquier cosa, siguiendo un procedimiento basado en un sistema de archivos. Ese sistema, que clasificaba temas y situaciones para, convenientemente cruzados, obtener chistes (como si planteara y resolviera ecuaciones) revela que Conti poseía una mentalidad metódica, un punto de vista científico sobre las cosas.
El interés por los avances de la ciencia se hace patente a lo largo de los centenares de chistes que sobre esta temática publicó durante toda su carrera, pero más allá de esta constante temática, este burgomaestre cree que “el modo de pensar” particular de Conti impregnaba todo su quehacer como humorista gráfico. Eso explicaría, por ejemplo, su otra constante temática más peculiar, su fobia hacia el arte abstracto, que se ve reflejada en uno de los chistes escogidos de su página del “Hola” número 1169, de fecha 21 de enero de 1967. La confrontación del punto de vista científico (lo que podríamos llamar “lógica contiana”) con el arte no figurativo hace que salten chispas de humor. Independientemente de que en la vida personal pudiera apreciar el arte abstracto (como, seguramente, así fuera), en la vida profesional (es decir, donde aplicaba su método para fabricar chistes) un arte que no representara la realidad era un contrasentido que daba lugar a situaciones cómicas, especialmente, cuando este arte era valorado y apreciado, como en el chiste de muestra, erróneamente. El otro chiste seleccionado, también implica una confrontación digna de una mentalidad cartesiana. Al mostrarnos un atraco en el que la víctima es un hombre de raza negra, Conti nos expone una escena que puede dar lugar a interpretaciones múltiples. El humor nace de que el mismo protagonista se encarga de descartar una de ellas, para que conste. Prescindiendo de comentarios que afecten a la moralidad y a la corrección política, el chiste tiene una interpretación que se puede formular casi matemáticamente (Acto violento concreto sobre miembro de minoría racial no es necesariamente igual a racismo), pero también con una frase hecha: “Las cosas no siempre son lo que parecen”.

También estuvo en “El Hogar y La Moda”

Revista editada por Hymsa (editorial barcelonesa), “El Hogar y la Moda” es un semanario pensado para el público femenino en el que Conti representaba un inequívoco punto de vista masculino. Su humor racional, sólidamente basado en una mente que funcionaba siguiendo los dictados de la lógica, debía proporcionar un desconcertante contrapunto entre las señoras lectoras que pasaban de patrones de modelos de entretiempo o recetas de cocina indicadas para mejorar el cutis a zamparse chistes como este que traemos aquí, en el que sin duda, Conti, retratándose a sí mismo (un estajanovista que más que tomar vacaciones, debía caer rendido, de vez en cuando) para retratar a la figura del marido abrumado por el exceso de trabajo. Se publicó en el número 1518, de fecha 20-7-65.

Y le encontramos en el Almanaque de la Vanguardia para 1961

Peñarroya, otro genial e infatigable trabajador del lápiz se encargaba del mes de Abril y Conti, del mes de junio, en un Almanaque del diario La Vanguardia para el año 1961. Hemos seleccionado un chiste en el que descubrimos una vez más la mentalidad contiana especializada en hallar el humor a través de una visión empírica de las cosas, con sus pesos y medidas. La observación del personaje del chiste coincide, seguramente, con la propia del dibujante, al que intuimos aficionado a asistir a este tipo de certámenes.

El suculento suplemento “A todo color” de “La Prensa”

Al lado de trabajos de Alfons Figueras, Segura, Tunet Vila y Peñarroya (que oportunamente verán la luz en este weblog (o lo que sea)), en el ejemplar de 5 de febrero de 1953 volvemos a toparnos con la obra de Conti.
Esta vez, a diferencia del más habitual blanco y negro, la encontramos, tal como reza el título del suplemento, “A todo color”. Para esta publicación, hecha a imagen y semejanza de los suplementos de historietas de los diarios norteamericanos, Conti creó a “Filiberto y su perro”, una serie que parece una versión “con perro añadido” de su anterior “Mi tío Magdaleno”(1951). Gráficamente, la serie está resuelta con un estilo delicioso, y la fórmula (peripecias de un hombre solitario con su perro) la volvió a utilizar para el chiste fijo de la contraportada del Tio Vivo original, el que él dirigía desde su nacimiento en 1957: “Fortunato y su perro”, si bien la apariencia de amo y perro son totalmente diferentes y el grafismo había experimentado ya una clara evolución de las redondeces de los primeros cincuenta hacia el Conti definitivo. El ejemplo que aquí les mostramos es de los pocos que se publicó a todo color y está extraído de la contraportada del número especial dedicado a “La mujer”, de noviembre de 1957.

Respirando libre, montado en un Tio Vivo
La gloriosa aventura que Conti capitaneó como director artístico del Tio Vivo, secundado por sus colegas Cifré, Peñarroya, Escobar y Eugenio Giner ofreció un ámbito de libertad creativa (fuera de los rígidos márgenes de la Editorial Bruguera, aunque siempre, claro está, dentro de los infexibles límites de la Censura Franquista) que proporcionó páginas espléndidas en este semanario de humor “para mayores”. Una de las más singulares, auténtica joyita de la historia del tebeo español, es esta historieta sobre Teodoro, el Sacamantecas, obra de Conti. Se publicó en un número extraordinario dedicado al terror, de marzo de 1958 y nos muestra a un dibujante en plena madurez creativa, dominador de su arte y sobrado de ingenio, quien, con un estilo expresionista avanzado y audaz, nos brinda una soberbia página de humor negro enraizada en la tradición más descarnada de la España Negra. Visualmente, la página resulta hoy tan moderna como lo fue el día de su publicación, hace casi cincuenta años. La fina ironía que destila su humor (que incide más en aspectos incidentales, que en las atrocidades narradas, en sí) sobrevive al paso de los lustros con idéntica lozanía que los magníficos dibujos. Esta historia de “terror real”, con sus verdugos y su asesino rural, contrapunto del terror más estereotipado y convencional (sobre el que incidieron sus colegas en el mismo ejemplar) revela a un artista pasmado por la realidad, que contempla con aguda mirada y retrata con mano certera. Mientras Peñarroya dibuja una espléndida página introductoria repleta de monstruos de Frankenstein, vampiros, brujas y fantasmas y Cifré ofrece una magnífica portada en la que el primer plano lo ocupan los monstruos tradicionales (con el añadido del escobareño Profesor Tenebro) Conti nos dibuja a un asesino pequeñito y cabezón, que gasta boina y que se vuelve malo por no haber conseguido matar legalmente, al no haber conseguido completar la carrera de verdugo. Con ser de consideración la carga argumental que la historieta contiene contra la violencia de estado y la pena de muerte, se nos antoja de mayor enjundia todavía la crítica explícita hacia la falta de sensibilidad del ser humano en general y su frivolidad en relación a la comisión de horrendos delitos de sangre que puede apreciarse en la viñeta en que los habitantes del pueblo de Teodoro (alcalde incluido) “miran a cámara” ante el gráfico con la escalada criminal del asesino. No falta, tampoco, la referencia a los adelantos técnicos en forma de científico nuclear que modernizará el primitivo arma de Teodoro. La viñeta en que Teodoro es reducido por las fuerzas de la policía preludia el grafismo de dibujantes que estaban aún por llegar a la escena de la viñeta española, como los “papuístas” Já e Ivá. La viñeta final, en la que el reo a punto de ser ajusticiado mira directamente al lector con una vitriólica sonrisa mordaz es de una audacia feroz, a la altura de los mejores momentos de sátira crítica nunca alcanzados en este país. Acordándonos, otra vez, del “Papus”, apuntamos que, tanto la sonrisa, como el rabito de la boina coinciden con la imagen de la mascota de la extinta revista satírica y neurasténica.

Y hasta en el país del sol naciente...

Nos lo contó Guillem Cifré, el gran dibujante hijo del creador de Cucufato Pi, a quien tuvo la suerte de conocer hace pocas fechas el burgomaestre joven (y al que espera conocer muy pronto este burgomaestre viejo y latoso que les habla). Guillem, todo amabilidad y consideración, se ha ofrecido a ayudarnos a difundir material inédito de su padre en este espacio y a compartir con nosotros sus recuerdos y conocimientos, que son muchos y muy sustanciosos, cosa que le agradecemos vivamente. Al principio de esta entrada ya citamos un recuerdo suyo y ahora, al final de la misma, os ofrecemos una curiosidad que también nos contó él y que viene a rematar la tesis sostenida por este burgomaestre consistente en afirmar que Conti extendió su obra por todas partes, hasta el punto de hacer de él un dibujante ubicuo.
Lo que nos contó Guillem Cifré es que un chiste de Conti aparecía en la película japonesa “La mujer en la arena” (Suna no onna, 1964) del director nipón Hiroshi Teshigahara. Una película altamente recomendable, que obtuvo un reconocimiento internacional muy considerable, de reminiscencias kafkianas. Ni corto ni perezoso, este burgomaestre ha buscado la película en cuestión y ha seleccionado el fotograma preciso en el que se puede ver el chiste (cuyo texto, lamentablemente no es capaz de traducir) publicado en un periódico del país del sol naciente. Así queda demostrado que Carlos Conti, además de ser un artista genial, un trabajador infatigable, un cerebro privilegiado y una gran persona (de lo que han dejado testimonio quienes le conocieron personalmente y así lo han manifestado en este mismo weblog, sin ir más lejos) también tuvo el don de la ubicuidad. Pero no fue ese su mayor mérito, naturalmente, eso fue simplemente consecuencia de su enorme capacidad de trabajo la cual le permitió entregar obra en diversas publicaciones y en agencias internacionales. Su mayor mérito fue que con su humor adulto e inteligente consiguió hacer reír a medio mundo. Y si no me creen, miren al japonés de la foto, miren.
Nota: Aunque en el chiste seleccionado no la lleve, este burgomaestre les puede asegurar que Fortunato (el de la contraportada de Tio Vivo) usaba la misma bufanda que el Tío Magdaleno, el del DDT, que es la misma que lleva Teodoro el Sacamantecas. Con este detalle se demuestra otra vez la inteligencia de Conti. “¿Si me quedó bien esta bufanda, para qué voy a dibujar otra?”, debió preguntarse. Bueno, sí, a la de Filiberto le quitó los lunares. Menos trabajo.
PD: en tanto no llega la soñada (nunca mejor dicho) edición de la serie de Conti "La adormilada vida de Morfeo Pérez", pueden ustedes solazarse con la contemplación de la sensacional entrada que le dedicó mi compa burgomaestre tal que ahí, a un golpe de ratón.

15 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como siempre, un post maravilloso y clarificante amigo burgo... Es cierto que al gran Conti le apasionaban los temas cientificos (veáse si no "El doctor Sí y su ayudante No") aparte de todos los chistes que publicó. También le debía gustar mucho el futuro, porque recurre a él muchas veces. Me alegra saber que Don Guillem va a colaborar en este estupendo blog (ya cai no puedo decir "o lo que sea")será un valor más a esta obra de arte que haceis los burgos y de verdad que lo digo sin ánimo de peloteo. Lo del lápiz atado a las manos, no lo sabía y me ha estremecido y hecho admirarle aún más si cabe.En fin, un saludo y seguid así.

viernes, septiembre 22, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

Señores burgos,
Muchas gracias por traernos a Conti, a mí personalmente me encantaba, pero bueno como nos vamos conociendo, ya saben que yo soy más del chiste y la tira cómica que de la historieta larga.
Lo curioso es que a mí Conti me encantaba ya de pequeño, mi personaje preferido era Apolineo Taruguez y su secretario, incluso intenté en mi infantil inocencia copiar al maestro y hacer una historieta con esos personajes, mi madre me la tiró hace tiempo :O( pero aún recuerdo el argumento, Apolineo se hacía un robot que era clavadito a Celedonio...
En fin una delicia como siempre, con la estupenda curiosidad del chiste en Japón.

viernes, septiembre 22, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Fenomenal homenaje a Conti, amigo y compañero burgomaestre. Y magnífico acierto al relacionar su personaje con la cabecera (y el estilo) del Papús. Todo fluye... Hasta veo un post Gila, e incluso un post 27...

viernes, septiembre 22, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Sensacional entrada y magnífica aportación de algunas ilustraciones menos conocidas de Conti. Genial la del verdugo. Yo coincido en lo que dice el maestro Rovira en la semejanza con Mingote. Creo que el veterano humorista tiene algo en común con el desaparecido dibujante brugueriano. Además se ve perfectamente la vigencia del humor de Conti pues todo el material con el que han adornado este post sería perfectamente publicable hoy en día.

Me alegro mucho que el señor Guillem Cifré vaya a aportar material de su padre. Con las ilustres colaboraciones que podemos disfrutar aquí me parece que este blog o lo que sea está desbordando con creces sus expectativas, ¿verdad señores burgomaestres?

viernes, septiembre 22, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues sí, amigo Gordito,estamos desbordados, pero encantados. No quisiera haber dado la impresión de que Guillem Cifré vaya a ser una especie de colaborador de este weblog (eso sería excesivo). Simplemente, su amabilidad le llevó a ofrecernos su ayuda para mejorar y ampliar lo que podemos transmitir aquí. Cualquier aportación que quiera darnos será muy valiosa y muy bien recibida. Como lo es la que jaumejoan nos viene regalando, con su amabilidad exquisita, al hacernos partícipes de sus conocimientos de primera mano. Su ayuda para conocer a los maestros bruguerianos que trató es inestimable. Gracias de nuevo, jaumejoan. Y gracias también a los demás amigos: petiso, que batió un récord de "inmediatez comentarial" pues colgó su comentario a los pocos momentos de subir la entrada; choko, esa "rara avis" que sabe apreciar el encanto de la serie de Apolineo Tarúguez, y , claro, mi amigo burgo, del que tengo la suerte de contar con su aprecio (el cual le impele a darme la razón en todo). Celebro especialmente que, a pesar de explicarme tan torpemente, haya sido capaz de transmitir la idea general de que Conti era un moderno de tomo y lomo, y su obra, vigente a rabiar. Su semejanza con Mingote está ahí (mi compañero es testigo de que la he comentado algún que otro vermut sabatino), si no la he expuesto aquí es porque no la he estudiado a fondo. Queda para otra entrada.

viernes, septiembre 22, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Aunque Conti no es de mis dibujantes bruguerianos más admirados, evidentemente le reconozco todos los méritos habidos y por haber.

Sinceramente alucino de la cantidad de trabajo que eran capaces de realizar y algunos de ellos, como Conti, la variedad de revistas en las que publicaron, de lo que deduzco (aparte de que era un trabajo), la gran curiosidad que debía sentir por los más diversos temas.

Curiosidad y como no, una gran cultura, pues como leí en un libro de Josep Maria Beà, ambas cosas ha de tenerlas cualquier dibujante de comics que pretenda ser bueno. Y Conti y sus colegas no eran buenos, eran excelentes.

sábado, septiembre 23, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues sí, amigo rosaspage, una gran curiosidad lleva a tener una gran cultura. En el caso de Conti, además, a la curiosidad y la cultura se unía la capacidad para explicar el mundo por medio de los chistes que dibujó, que es una manera de explicar las cosas que tiene la especial facultad de hacernos la vida mejor a los que los leemos. Por eso admiramos tanto a esta gente, ¿no?

sábado, septiembre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

No me acuerdo del detalle del chiste de Conti, pero que buena la película "La mujer en la arena" y que surrealista. La ví hace muchos años en la 2 de TVE, y me gustaría mucho tenerla en DVD, saben ustedes si se ha editado en ese formato?

lunes, septiembre 25, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues no, amigo dionisio, que este burgomaestre sepa, no se ha editado en DVD en España. Si dispone usted de los medios, hay una copia en divx que circula en el Emule, con subtítulos en castellano, que es la que este burgomaestre se ha agenciado. Por cierto, que aún no he tenido tiempo de verla, pero tiene muy buena pinta, ciertamente.

martes, septiembre 26, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Según cierto amigo residente en Japón, la traducción del texto que acompaña a la viñeta de Conti en el fotograma de la película nipona sería algo así como:

"Sufrido adelgazamiento.

- Disculpe.

- No se preocupe, no es nada."

Por si sentían curiosidad y tal.

Un saludo.

P.D.: Excepcionales (más aun que de costumbre, quiero decir) algunas de sus últimas entradas, señores burgomaestres, como esta misma acerca de Conti o aquella otra sobre Raf, que tuve que leerme en varios pasos, no tanto por su extensión, pues se leía muy fluidamente, como por lo incómodo que resulta leer en la pantalla del ordenador.

jueves, septiembre 28, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues muchísimas gracias por la traducción, amigo alfred. Efectivamente, la curiosidad existía y usted y su amigo la han satisfecho. Le agradecemos también muy vivamente sus amables comentarios a propósito de nuestra proba labor. Nos son muy útiles para seguir en el empeño. En cuanto a la incomodidad de la que habla, sentimos no poder paliarla, aunque si sabe usted de un editor lo bastante demente como para ver las posibilidades editoriales a lo que aquí exponemos, no dude en sugerirle que nos haga una oferta para ser publicados en un cómodo libro lleno de ilustraciones. En tanto eso no pase (que no creemos que pase), aquí nos tendrá, como siempre, esperándole a usted y a los otros amigos de Lady Filstrup con los brazos abiertos y el tebeo en ristre.

jueves, septiembre 28, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Pues hombre, no sé si algún editor lo editaría, pero yo desde luego sí que lo compraría.

¿Seré un comprador demente?

Un saludo.

jueves, septiembre 28, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Me llega desde Japón una pequeña corrección con respecto a la traducción del chiste de Conti.

El título no reza "Sufrido adelgazamiento", como escribí, sino "Aguantar por orgullo".

Así tiene más sentido, claro.

Un saludo.

viernes, septiembre 29, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Renovamos el agradecimiento, amigo alfred. No sé cómo pueden entenderse los nipones entre ellos. Claro que no está muy claro que se entiendan, realmente (?)

sábado, septiembre 30, 2006  
Blogger yanmaneee said...

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sábado, septiembre 28, 2019  

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