Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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domingo, enero 08, 2006

Hoy ha sido Domingón

Hoy domingo ha caído una tímida tormenta de granizo en Barcelona, así que este burgomaestre se ha quedado en la cama hasta las tantas, con el almanaque para 1976 del DDT, leyendo aventuras de “Domingón”, el personaje de Gosset. Domingón es un señor con bombín y pajarita, que se queda en su casa los domingos para clavar un clavo que le hace falta, o que otro domingo se va al desierto porque se ha citado junto a una palmera con Hermenegilda, “la llenita de las Hermanas Gilda”, dice él. Para el lector, y para la humanidad, Domingón sólo existe los domingos, es más, Domingón es el domingo en persona. Domingón es la alegría de no trabajar y es también la tristeza de que no pase nada en todo el día. A Domingón, los domingos le llaman por teléfono los gamberros para tomarle el pelo, y pica como un idiota, porque todos los domingos tienen algo de ingenuo y de idiota. Cuando se queda en su casa, Domingón acaba haciéndola añicos a fuerza de bricolaje como pulverizan los domingos todas las casas con las que se tropiezan. Domingón es el optimismo matutino de que sea domingo, por supuesto, pero es al mismo tiempo la catástrofe del atardecer de cada domingo y de cada historieta. En Domingón, uno lo que ve es a ese domingo solitario y destartalado con el que se estrellan todas la semanas al terminar. Antes de salir de su casa, uno se arregla los domingos, y siempre parece que vaya como Domingón, un poco pasado de moda y un poco ridículo. El bombín de Domingón es el olor a pollo a l’ast de todos los domingos, y su pajarita es el suplemento dominical de los diarios bajo el brazo. El acierto de Gosset, a mediados o a finales de los años sesenta, fue huir del estándar del dominguero y crear al Domingón. Los domingueros son los feligreses del domingo, los que han entendido de manera manifiesta a este día de la semana y se ponen de su parte, y se echan a la calle como somatenes para imponerles a los disidentes la disciplina del domingo, y los Domingones son otra cosa, son personas que andaban confiadamente a través de su semana y de repente ven que se han quedado atrapados en un domingo. Esperemos que este domingo de hoy acabe de pasar con sus pequeñas tormentas de granizo, y sus tebeos, y su holgazanería en la cama, y su lento y apabullante atardecer.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Cómo desearía en estos momentos volver a ser un poco Domingón! Con tres niños pequeños ya ni me acuerdo de lo que era levantarse tarde y estar leyendo tebeos toda la mañana... En fin, me quedan las historietas de Domingón para hacerme la ilusión de que esos domingos aún existen en alguna parte.

domingo, enero 08, 2006  
Anonymous Anónimo said...

¡Qué bueno que aún haya gente que como yo lean tebeos los domingos en la cama! Si es que se están perdiendo las buenas costumbres, pardiez... Me ha gustado mucho que rescatéis a ese gran olvidado que es Gosset, un dibujante del que prácticamente no se sabe nada y que nos dejó sus prehistóricos personajes (Hug y Roquita) y sus urbanitas gruñones (Carpeto Veto o el tratado Domingón)

martes, enero 17, 2006  

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